PAN Y CIRCO

Nadie podrá decir que no saben hacerlo. Ya los romanos lo inventaron hace mas de 2000 años, y ahora revestido de orgullo patrio vuelve a producirse.
Nuestro gobierno nos da circo, para que olvidemos nuestras hipotecas, el paro que sube imparable, la inseguridad ciudadana cada vez mayor, y la crisis, uy ...perdón, desaceleración economica, no se vaya a enfadar nuestro presidente.
Ahora el circo es el futbol, nuestra seleccion nacional (ahora la "ROJA", que nacional suena mal en estos dias), es la alegria que nuestro gobierno intenta alargar como un chicle, cuantos mas dias de euforia, mejor, no vaya a ser que los ciudadanos preguntemos por lo nuestro.
El señor ZP se apunta el triunfo hasta el punto en que uno duda si el gol de la victoria lo metio Torres o Zapatero.
Que alguien explique a los politicos, que si,que estamos muy contentos, pero que no les votamos para que se preocuparan del futbol, si no de nuestros problemas.
Es curioso ver como los que llamaban de todo al sr. Bush por la banderita en la solapa ahora se calzan la bandera en su americana.
No se muy bien por que de repente los que escondian la bandera durante años ahora son los primeros en ponerla en sus balcones, coches...
De pronto lo que era vergonzante hasta hace cuatro dias ahora tras un partido de futbol, cosa trascendental por otra parte, es motivo de orgullo y nos sentimos más españoles que nadie.
En fin, si el deporte a servido para que perdamos ese complejo hacia nuestra bandera y nuestra identidad, pues bienvenido sea.
Por cierto quiero aprovechar para felicitar a los de Ezquerra Republicana de cataluña que durante la final futbolera decidieron poner en sus sedes la bandera alemana, por que si alguno no lo tenia claro, ahora ya lo sabemos todos, son tan gilipollas como parecian.
Me permito aconsejarles que si quieren ser consecuentes con sus ideales enfermos, la bandera que deben mostrar en la fachada de sus sedes no es la de un maravilloso pais como alemania, sino la de las SS nazis, mucho más apropiada para estos imbeciles aprendices de catalanes (ya quisieran ellos ser catalanes de verdad)